Cuando se trata de administrar las finanzas de un negocio, es crucial tener claridad sobre los términos y conceptos contables. Por ello en el articulo de hoy os vamos hablar de la contabilidad financiera y contabilidad fiscal.
Aunque comparten similitudes, cada una cumple con propósitos distintos y está regulada por diferentes normativas. En este artículo, te guiaremos a través de las diferencias clave entre ambas disciplinas, proporcionándote la comprensión necesaria para tomar decisiones informadas y estratégicas en el ámbito financiero de tu empresa.
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Realizar cálculos de la contabilidad
Contabilidad Financiera: El control de la situación económica de la empresa
La contabilidad financiera se enfoca en la elaboración de estados financieros que brindan una visión clara y precisa de la situación económica de una empresa en un período específico. Estos estados financieros, como el balance general, el estado de resultados y el estado de flujo de efectivo, presentan una imagen detallada de los activos, pasivos, ingresos, gastos y patrimonio neto de la organización.
El objetivo principal de la contabilidad financiera es proporcionar información relevante a las partes interesadas externas, como inversionistas, prestamistas, proveedores y reguladores, para que puedan evaluar la salud financiera y la viabilidad del negocio. Por lo tanto, la contabilidad financiera se rige por principios y estándares contables internacionales, como las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF).
Contabilidad Fiscal: Cumplir con las obligaciones tributarias
La contabilidad fiscal, por otro lado, se centra en la determinación y cálculo de los impuestos que la empresa debe pagar a las autoridades fiscales. Su propósito es asegurar que la empresa cumpla con todas las obligaciones tributarias establecidas por las leyes y regulaciones fiscales del país en el que opera.
A diferencia de la contabilidad financiera, la contabilidad fiscal no se basa en principios contables internacionales, sino en el marco legal tributario específico del país. Las normativas y tasas impositivas pueden variar ampliamente según la jurisdicción, lo que hace que la contabilidad fiscal sea un área compleja que requiere un conocimiento profundo de las leyes fiscales locales.
Momento de reconocimiento de ingresos y gastos
Otra diferencia clave entre ambas contabilidades radica en el momento en que los ingresos y gastos son reconocidos. En la contabilidad financiera, los ingresos y gastos se registran cuando se devengan, es decir, cuando se generan, independientemente de si se han recibido o pagado en efectivo. Por el contrario, en la contabilidad fiscal, los ingresos y gastos se reconocen cuando se reciben o pagan efectivamente, de acuerdo con el principio de devengo modificado.
El papel del asesor contable
Debido a la complejidad y la naturaleza cambiante de las regulaciones fiscales, contar con un asesor contable experto es esencial para garantizar el cumplimiento adecuado de las obligaciones fiscales y para optimizar la carga impositiva. Un asesor contable no solo se encarga de la contabilidad fiscal, sino que también puede proporcionar una visión estratégica para tomar decisiones financieras inteligentes y evitar riesgos innecesarios.
Conclusión:
La contabilidad financiera y la contabilidad fiscal son dos aspectos cruciales en la gestión financiera de cualquier empresa. La primera se enfoca en brindar una visión precisa de la salud económica del negocio para las partes interesadas externas, mientras que la segunda asegura el cumplimiento de las obligaciones tributarias según las leyes fiscales locales. Ambas disciplinas son complementarias y, en conjunto, ofrecen una base sólida para tomar decisiones informadas y estratégicas que impulsen el crecimiento y el éxito de la empresa. Contar con un asesor contable confiable es la clave para navegar por estos dos campos y garantizar un manejo financiero eficiente y responsable en tu negocio.
¡Sin más nosotros nos despedimos hasta la próxima!